Historia de Cusco
Cusco es una ciudad del sureste del Perú ubicada en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, en la cuenca del río Huatanay, afluente del Vilcanota. Es la capital del departamento del Cusco y, además, según está declarado en la Constitución peruana, es la «capital histórica del país».
Historia
Según la leyenda recogida por el Inca Garcilaso de la Vega, Manco Cápac y Mama Ocllo migraron desde el lago Titicaca por consejo de su padre, el dios Sol. Lanzaron una jabalina de oro; allí donde se clavó fundaron un nuevo pueblo. El lugar elegido se llamó Cuzco:
«La primera parada que en este valle hicieron, fue en el cerro llamado Huanacauti, al mediodia de esta ciudad. Allí procuró hincar en tierra la barra de oro, la qual con mucha facilidad se les hundió al primer golpe que dieron con ella, que no la vieron más. Entónces dixo nuestro Inca a su hermana y muger: En este valle manda nuestro padre el sol que parémos y hagamos nuestro asiento y morada, para cumplir su voluntad, Por tanto, reyna y hermana, conviene que cada uno por su parte vamos a convocar y atraer esta gente para los doctrinar y hacer el bien que nuestro padre el sol nos manda.»Capitulo XVI: Fundación del Cozco ciudad imperial, en Comentarios Reales de los Incas, Inca Garcilaso de la Vega
Por datos arqueológicos y antropológicos se ha ido estudiando el verdadero proceso de la ocupación del Cuzco. El consenso apunta a que, debido al colapso del reino de Tiahuanaco se produjo la migración de su pueblo. Este grupo de cerca de 500 hombres se habría establecido paulatinamente en el valle del río Huatanay, proceso que culminaría con la fundación del Cuzco a orillas del río Saphy.
Se desconoce la fecha aproximada, pero gracias a vestigios se acuerda que el emplazamiento donde se ubica la ciudad ya se encontraba habitada hace 3000 años.
Crónicas antiguas como las del cronista Pedro Sarmiento de Gamboa (1530-1592) afirman la existencia de grupos étnicos en el valle de Cuzco antes del surgimiento del Imperio Inca. Dicho autor menciona a los guallas, los sahuasiray y los antasayas como los pobladores más antiguos; en tanto que los alcavistas, copalimaytas y culunchimas son considerados moradores más recientes. También se sabe que los ayarmacas habitaban la región, siendo los únicos que no fueron doblegados por los incas, convirtiéndose en sus principales rivales en el dominio de la comarca.
Cusco fue la capital y sede de Gobierno del Reino de los Incas y lo siguió siendo al iniciarse la época imperial, convirtiéndose en la ciudad más importante de los Andes y de América del Sur. Este centralismo le dio auge y se convirtió en el principal foco cultural y eje del culto religioso.
Se atribuye al gobernante Pachacútec el haber hecho del Cuzco un centro espiritual y político. Pachacútec llegó al poder en 1438, y él y su hijo Túpac Yupanqui dedicaron cinco décadas a la organización y conciliación de los diferentes grupos tribales bajo su dominio, entre ellos los lupacas y los collas. Durante el periodo de Pachacútec y Túpac Yupanqui, el dominio de Cuzco llegó hasta Quito, al norte, y hasta el río Maule, al sur, integrando culturalmente a los habitantes de 4500 km de cadenas montañosas.
También se cree que el diseño original de la ciudad es obra de Pachacútec. El plano del Cuzco antiguo tiene forma de puma delineado, con la plaza central Haucaypata en la posición que ocuparía el pecho del animal. La cabeza del felino estaría ubicada en la colina donde está la fortaleza de Sacsayhuamán.
La ciudad de Cuzco fue diseñada como la sede del poder y su organización interna correspondía a una tradicional división urbana Incaica, se encontraba ubicada en un punto central estratégico del imperio, en cuya centralidad convergen los cuatro caminos que unían los suyos.
Fundación hispánica y época colonial
Los conquistadores españoles supieron desde su llegada a lo que es hoy territorio peruano, que su meta era tomar la ciudad del Cuzco, capital del imperio.
Tras capturar al inca Atahualpa en Cajamarca, iniciaron su marcha hacia el Cusco. En febrero de 1533 partieron de Cajamarca rumbo al Cusco Hernando de Soto y Pedro del Barco conforme lo señalan Garcilaso y López de Gómara aunque Pedro Pizarro y Rubén Vargas Ugarte discrepan en la entidad de los emisarios. Esta primera expedición regresó a Cajamarca entre fines de mayo y la primera mitad de junio de 1533 con enormes cargas de oro y plata tal como lo cuenta el cronista Vargas Ugarte.
El 11 de agosto de 1533, Francisco Pizarro inició su viaje desde Cajamarca al Cusco acompañado de Túpac Hualpa y, aunque Garcilaso señala que se trata de otro personaje, del guerrero Calcuchimac. En este viaje, Manco Inca se unió a la comitiva de Francisco Pizarro y Diego de Almagro, con su ayuda, derrotó a las huestes de Quisquis que controlaban la ciudad logrando que el 15 de noviembre de 1533 se produjera la toma de los conquistadores de la ciudad. Manco Inca fue coronado como inca y, según la crónica de Rubén Vargas Ugarte, desde el 15 de diciembre de 1533 se produjo la fundición de objetos valiosos por parte de los españoles siendo que el reparto en Cusco fue más cuantioso que el de Cajamarca ascendiendo a 700 113 880 pesos.
El 23 de marzo de 1534, Francisco Pizarro refundó a la usanza española la ciudad del Cuzco, estableciendo como Plaza de Armas la ubicación que aún mantiene la ciudad moderna y que era también la plaza principal durante el incanato y que se encontraba rodeada de los palacios de quienes fueron los soberanos incas. En el solar que da al norte se inició la construcción de la catedral. Almagro otorgó a la ciudad la denominación de La muy noble y gran ciudad del Cuzco. En total fueron ochenta y ocho los primeros vecinos que se asentaron en la ciudad en su refundación y, para cubrir todas las necesidades de organización se fundó al día siguiente, 24 de marzo de 1534, el cabildo de la ciudad nombrando como los dos alcaldes ordinarios a Beltrán de Castro y Pedro de Candia y ocho regidores. Se estableció que los alcaldes y regidores debían renovarse anualmente. Finalmente, en octubre de ese año se realizó la repartición de los solares entre los conquistadores.
Parte de la nobleza del Imperio incaico mantuvo una lucha durante los primeros años del virreinato. En 1536 Manco Inca inició sus enfrentamientos al sitiar Cusco por un año y creó la dinastía de los Incas de Vilcabamba. Esta dinastía encontró su fin en 1572 cuando el último inca Túpac Amaru I fue derrotado, capturado y decapitado.
La ciudad se convirtió en un importante centro comercial y cultural de los Andes centrales ya que se encontraba en las rutas entre Lima y la zona minera del Alto Perú. Sin embargo, la administración virreinal prefirió la ubicación de Lima (fundada dos años después que Cuzco en 1535) y principalmente la cercanía de esta con el puerto natural de lo que sería El Callao para establecer la cabecera de sus dominios en Sudamérica. La ciudad ya es mencionada en el primer mapa conocido sobre el Perú.
El Cusco fue tomado como cabecera de la administración virreinal en el sur del país; en sus inicios, fue la ubicación de más importancia en detrimento de las ciudades recientemente fundadas de Arequipa o Moquegua. Su población era principalmente de indígenas pertenecientes a la aristocracia incaica a quienes se les respetó algunos de sus fueros y privilegios. También se radicaron un buen número de españoles. En esa época inició el proceso de mestizaje cultural que hoy marca a la ciudad. La ciudad tuvo una importante fabricación textil a niveles preindustriales. Asimismo, era paso obligado en la ruta comercial que unía la capital del virreinato con la región del Río de la Plata.
Durante la etapa de desarrollo virreinal (siglos XVI y XVII) la ciudad tuvo un gran movimiento de construcción de iglesias destacándose la Catedral (construida entre 1560 y 1664), la Compañía (construida en 1576), la Merced (primera mitad del siglo xvi), San Francisco (entre 1572 y 1662). Asimismo, se construyeron los hospitales coloniales de San Bartolomé (luego Hospital y Convento de San Juan de Dios) para la atención de españoles y el Hospital de Naturales. En la arquitectura civil destacan el Palacio del Almirante, el Palacio Arzobispal y la Casa de los marqueses de San Lorenzo de Valle Umbroso. En la educación, durante esos años se abrieron los colegios de San Francisco de Borja para la educación de los hijos de los caciques, el Colegio de San Bernardo, el Seminario de San Antonio Abad, la Universidad de San Ignacio de Loyola y la Universidad de San Antonio Abad.
El desarrollo urbano se vio interrumpido por varios terremotos que en más de una ocasión destrozaron la ciudad. En 1650 un terremoto violento destruyó casi todos los edificios de la época colonial. Durante este terremoto obtuvo gran importancia la efigie del Señor de los Temblores que aún hoy es sacado anualmente en procesión.
Como consecuencia de las reformas borbónicas, en 1780 la ciudad del Cuzco se vio convulsionada por el movimiento iniciado por el cacique José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, que se levantó contra la administración española. Su levantamiento fue sofocado tras varios meses de lucha en los que puso en jaque a las autoridades virreinales apostadas en el Cuzco. Túpac Amaru II fue vencido, tomado prisionero y ejecutado junto a toda su familia en la Plaza de Armas del Cuzco. Aún hoy subsiste, al costado de la Iglesia de la Compañía de Jesús la capilla que sirvió de prisión al prócer. Este movimiento se expandió rápidamente por todos los Andes y marcó el inicio del proceso emancipador sudamericano.
En virtud de esta revolución se estableció la Real Audiencia del Cusco y se produjo una migración de las principales familias de españoles a las ciudades de Lima y Arequipa temerosos de la reacciones indígenas. Estas migraciones, junto con el decaimiento comercial generado por la creación del Virreinato del Río de la Plata que le quitaron un rol protagónico a la ciudad como punto de paso de viajeros y comerciantes, explican el decaimiento que sufrió la ciudad en el siglo xix.
En 1814 se produjo un nuevo levantamiento en contra de la administración virreinal. La Rebelión del Cusco iniciada en 1814 por los Hermanos Angulo y el brigadier Mateo Pumacahua, mestizo cusqueño quien había enfrentado a las fuerzas de Túpac Amaru II, pretendieron iniciar una junta de gobierno en la ciudad para unir el levantamiento con el proceso iniciado en Buenos Aires para lograr la Independencia del Perú. Este levantamiento fue sofocado por el virrey José de Abascal en menos de un año.
No obstante esta rebelión, el Cusco fue el último bastión realista del Perú manteniendo su condición de fidelidad al rey de España hasta 1824 a pesar de que la independencia fuera decretada en 1821. El Cusco se convirtió en la última sede colonial durante el mando del virrey José de la Serna quien ejerció ese cargo desde esta ciudad entre el 31 de diciembre de 1821 hasta diciembre de 1824. Durante esa época, en el Cusco se acantonó el Ejército Real y funcionaron otras instituciones como la Casa de la Moneda y la imprenta.